Año nuevo, rodilla nueva
Hace poco más de una semana empezó un nuevo año. Hace exactamente tres pasaba por un quirófano y me reemplazaban mi ligamento cortado por un tendón de más abajo (“que casi seguro no usás”) y algún tornillo. Fue una experiencia que nunca me había imaginado vivir, que no dejó de ser interesante desde algún punto de vista, y única. Sí, sobre todo esto último (espero).
Ahora que tengo un tornillo, y alguna que otra cosa ajena a mi cuerpo en mi nueva rodilla, sueño: no vendrá un día de estos mi hada madrina para convertirme en un niño de verdad, una persona de carne y hueso?
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