Caro Recital

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Villa María, Córdoba – Anoche tuvo lugar la presentación de Los Piojos en el anfiteatro de Villa María, que estuvo colmado por gente de los más diversos lugares. El grupo liderado por Andrés Ciro Martínez tocó durante casi 2 horas en lo que fue una excelente noche, a pesar del frío y alguna llovizna intermitente. Aquí una visión personal del show.

Yo no soy un particular fanático de Los Piojos, pero reconozco que dieron un espectáculo muy bueno, tocando todos sus clásicos y, en mi opinión, cumpliendo con las expectativas de un público que no lo veía en Córdoba desde el 2004. Acompañado por (o tal vez acompañando a) Waldo, Javi, Juli y Belén pasamos creo un muy buen día de recital.

Si nos remitimos al diccionario de la Real Academia Española, caro, del latín carus, tiene por significados, entre otros, los siguientes:

  1. adj. De precio elevado.
  2. adj. Amado, querido.

Voy a hacer un repaso de los puntos que convirtieron positivos y negativos de este recital, y que de alguna forma lo hacen caro a mi recuerdo (y a mi bolsillo).

Lo Malo

  • Las avalanchas. Durante el comienzo se produjeron muchos empujones e idas y venidas que lograron separarme de mis compañeros que corrieron distintas suertes. Casi perdemos a la Juli (aunque esto debería aparecer en lo bueno, creo -por el casi-).
  • Pérdidas materiales. Debe haber habido muchos manoteos y pequeños robos. A mí en particular me tocó perder la billetera, a Javi el celular. Lo que más me dolió es el orgullo.
  • El frío. Entre la ligera llovizna, la falta de abrigo y la transpiración durante el recital, el frío sin duda va a ser causa de más de un resfrío.
  • La hamburguesa. No está muy claro de qué animal provenía, pero en la situación en que nos encontrábamos, va a merecer aparecer entre lo bueno también.

Lo Bueno

  • El viaje. Fue entretenido, y a pesar de “elegir” mal el colectivo llegamos éxitosamente a destino, intercambiando charlas de lo más variadas: desde películas como Todos los perros van al cielo hasta cuál sería una buena forma de morirse.
  • El bar con mate. Al llegar, este era nuestro objetivo. Pero el frío nos hizo apurar la decisión, y finalmente nos tomamos unos cafés y submarino.
  • El método del puño en alto. Un éxito, siempre funcionó para encontrarnos con Waldo y Javi.
  • Sobrevivió la Juli. Casi, casi, pero no. Por suerte, sigue entre nosotros.
  • La rodilla de Waldo. Aguantó todo el recital, y no se quejó.
  • La hamburguesa. Y sí, había mucho hambre…
  • El viaje de vuelta. Se hizo corto, y creo que hasta dormí.

En fin, estas son solo algunas de las cosas que vivimos. Invito a los participantes a agregar sus propias versiones. Y como podrán comprobar hay motivos de sobra que convierten a este en un caro recital.

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